Lo vivido ayer en el Ramón Sánchez Pizjuán fue una auténtica locura, de verdad fue un auténtico manicomio. El sonido del estadio era atronador y en ciertos momentos del partido los jugadores de la Juventus huían de la pelota, simplemente un infierno.
La afición llevó en volandas al equipo y aunque realmente mereció bastante antes pasar a la final, se consiguió en la prórroga y con un rato con diez jugadores, lo que lo hace más épico todavía. La cita el 31 de mayo frente a la Roma de José Mourinho, en el Puskas Arena de Budapest.
Los sevillistas ya andan nerviosos ante la posibilidad de conseguir una entrada para la final, lo cierto es que el reparto es bastante injusto, no cogiendo los dos equipos ni la mitad del aforo total del estadio.
El Puskas Arena tiene una capacidad para 63.000 espectadores, 15.000 entradas serán para cada equipo, 16.800 ya se vendieron en la página web de la UEFA, ya no se pueden comprar por ahí. La UEFA se queda con 16.200 para patrocinadores y federaciones.
El Sevilla dará detalles en una rueda de prensa a las 13:00 horas, tendrán preferencia los socios más antiguos.