Mañana se disputará un partido bastante intrascendente en el Ramón Sánchez Pizjuán. Se juntarán en el campo dos de los clubes que más están siendo noticias en los últimos tiempos, como ejemplos de mala gestión.
En el banquillo habrá dos entrenadores que ya se sabe que no seguirán la temporada que viene. Por un lado Xavi Hernández y por otro Quique Sánchez Flores. El técnico sevillista se despidió ayer de los periodistas en la última rueda de prensa, muy emocionado.
Salvo sorpresa mayúscula de última hora, Xavier García Pimienta será el técnico que lo releva en su puesto. El técnico de la Unión Deportiva Las Palmas ya se despidió del equipo canario y deja un buen sabor de boca en la isla, a pesar de su mala segunda vuelta.
La preocupación por la contratación de dicho técnico entre los aficionados y el periodismo local, se está haciendo palpable en los últimos días. En Nervión no suele cazar mucho la idea de sacar el balón jugado, lo que se suele decir el tiki taka. Se suele optar por un juego físico y vertical, con entrega y fuerza que conecte con la grada.
Sin embargo hay varios detalles que quizás relajen un poco los ánimos sevillistas. El primero de ellos es que no tiene nada que ver con Sampaoli o con técnicos que se olvidan de la defensa y solo quieren atacar. En la primera vuelta, Las Palmas, fue uno de los equipos menos goleados de la Liga, solo recibió diecisiete goles en dieciséis partidos. Sin embargo en la segunda vuelta recibió treinta y siete goles en contra.
Lo cierto es que los periodistas de la isla, indican que lo que ha hecho el entrenador tiene mucho mérito, ya que contaba prácticamente con 13-14 jugadores válidos y que en ningún momento ha tenido un delantero referencia. No porque juegue con falso nueve ni nada así, sino porque la dirección deportiva no se la ha proporcionado.
Uno de los motivos del bajón en la segunda vuelta, ha sido por la plantilla corta que tenía y muchos jugadores han sufrido lesiones y estaban muertos físicamente.
Además, el estilo de juego o el sistema de juego no es ni mucho menos en innegociable. Es decir, si es cierto que apuesta por la posesión del balón y jugar al toque, pero no va a castigar a ningún futbolista que pegue un voleón, o sea que la pelota con un desplazamiento largo.