Temporada bochornosa la que culminó ayer en Villarreal. El Sevilla fue vapuleado por un equipo que ya no se jugaba nada tampoco, y la realidad es que el equipo es un auténtico desastre.
Se ha quedado a un solo punto de descender a Segunda División, algo que va a terminar ocurriendo si los actuales dirigentes lo toman medidas radicales y por primera vez, acertadas.
Víctor Orta sigue campando a sus anchas, a pesar de ser el peor director deportivo de la historia del club. Sigue teniendo un año de contrato, y el club debería pagarle los seiscientos mil euros que tiene pendiente para que se marchara. La situación económica es límite, por lo que en principio parece que va a seguir.
En el día de ayer dos decisiones suyas, fueron muy comentadas en redes. La primera la actuación paupérrima de Álvaro Fernández, el portero suplente de Nyland, no para ni los taxis, prácticamente todos los tiros que hizo el Villarreal iban para adentro. Además el club ya lo tiene renovado, una decisión inexplicable y peligrosa de cara al futuro.
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Además, Carlos Álvarez, un futbolista que Víctor dejó salir completamente gratis al Levante, marcó un auténtico golazo para dar el ascenso a los de la Comunidad Valenciana. El Sevilla se guardó el 40% de sus derechos en caso de venta, pero está claro que ahora mismo en este Sevilla, sería capitán general.