Matías Almeyda atendió a los medios de comunicación en la rueda de prensa previa al partido que se disputa hoy en el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán entre el Sevilla y Osasuna. Le preguntaron por su situación en el banquillo tras las tres derrotas consecutivas:
«Sigo teniendo muchos sueños. Tengo un sentimiento especial por este club, jugué aquí y no es dirigir por dirigir. El Sevilla me abrió las puertas del fútbol europeo y si algo tengo yo es memoria. Voy a darlo todo hasta donde digan basta. Cuando las cosas se hacen por amor, terminan bien. Estoy convencido».
«Tengo errores, como todo ser humano, hablo con el staff técnico y los dirigentes, me hace feliz venir acá. Pero cuando pierdo no soy feliz. Porque me gusta ganar, Lamela lo sabe cuando jugamos a los dos toques».
El Pelado tuvo que tomar una decisión importante el pasado verano, quedarse con Lukebakio o con Rubén Vargas, al parecer era argentino prefirió al segundo, y el belga acabó siendo traspasado al Benfica.
Ojalá información que cuentan los compañeros del diario AS, y es que Rubén Vargas es carne de mercado invernal. Parece ser que se están produciendo muchos acercamientos para intentar fichar al extremo suizo.
En verano contó con una oferta el Sevilla del Villarreal, que fue rechazada por petición propia del entrenador sevillista, que consideraba que perder a los dos jugadores con más calidad de la plantilla, era demasiado malo para el equipo.

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El club necesita refuerzos, sobre todo en el centro del campo y en la defensa, aunque también en la delantera, es por eso que no hay que descartar que pueda llegar alguna oferta atractiva, y ser vendido. El futbolista ya estuvo abierto a marcharse en verano al Villarreal, pero no puso ningún problema cuando se le comunicó que se quedaría.