Decepción es lo que sintió el aficionado bético en la tarde de ayer viendo a su equipo no poniéndolo todo sobre el césped del estadio del Racing Genk.
Ya avisaba Manu Fajardo en la previa del partido, y es que el mayor enemigo de los de Pellegrini, son ellos mismos, que no se tomaron en serio el partido.
El mensaje del técnico chileno antes del encuentro, destacando que lo más importante es la Liga, caló en la plantilla. Incluso en un tramo del duelo, los belgas pudieron ganar, y es que tuvieron la ocasión más clara.
Una de las decisiones que no entienden en el club, es poner a Chimy Ávila. Tanto la planta noble como la dirección deportiva, quieren que el argentino abandone el Betis en enero, y darle minutos no tiene mucho sentido, ya que le darían la razón al atacante para tener esperanzas.
Además el ingeniero sabe perfectamente que le quedan muy pocos partidos para que el club heliopolitano tenga que pagar nada más y nada menos que 350.000 euros a Osasuna de Pamplona por una de las variables que quedan en su traspaso, ya solo le falta uno.
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Los directivos le informaron de esto, y consideran que no tiene mucho sentido, seguir dándole minutos a un futbolista que aporta muy poco y que está en la rampa de salida.