Por contrato, los jugadores de fútbol tienen limitaciones que van más allá de lo que pasa dentro del campo. Aunque vivan rodeados de lujos, existen reglas estrictas pensadas para proteger su salud, su rendimiento y la imagen del club. Desde evitar deportes extremos hasta cuidar su conducta en redes sociales, hay cláusulas que podrían sorprender incluso a los hinchas más fieles. A continuación, repasamos tres prohibiciones frecuentes que muchos futbolistas deben respetar, incluso en su vida privada.
Descuidar su salud
Puede parecer una obviedad, pero aún hoy hay futbolistas que son sorprendidos fumando en fiestas o vacaciones. Sin embargo, la mayoría de los clubes, y sobre todo los cuerpos técnicos, lo prohíben terminantemente.
Fumar cigarrillos no solo afecta la capacidad pulmonar, el rendimiento físico y la recuperación muscular, sino que también puede empañar la imagen pública de un jugador profesional, algo que los sponsors y directivos cuidan al detalle. En definitiva, optar por alternativas responsables es un paso hacia un disfrute más consciente.
El uso responsable de productos como las bolsas de nicotina puede ayudarlos a superar la adicción, aunque lo más recomendable es cortar el problema de raíz, así sea con ayuda médica.
Además, suele pedírseles también que trabajen en su dieta y que no consuman alcohol en exceso. Abrazar hábitos más conscientes no solo mejora su bienestar, sino que también fomenta un ambiente más positivo para todos.
Subirse a una moto (o hacer cualquier deporte extremo)
La adrenalina no siempre es buena consejera. Aunque muchos futbolistas disfrutan del riesgo, los clubes suelen incluir en los contratos cláusulas que prohíben expresamente conducir motocicletas, practicar snowboard, esquiar, hacer paracaidismo o cualquier actividad que pueda derivar en una lesión grave.
Un caso conocido es el de David Beckham durante su paso por el Real Madrid. El contrato del inglés incluía una prohibición detallada de cualquier actividad de riesgo fuera del fútbol. El club blanco, como tantos otros, quería proteger su inversión: una caída tonta en moto podía significar la pérdida de un jugador millonario durante meses.
Hablar de más en redes sociales (o en entrevistas)
Hoy, los futbolistas son también influencers: cada publicación, cada historia y cada like son analizados por medios, fans y directivos. Por eso, criticar públicamente al entrenador, al club o a sus compañeros puede costarles muy caro.
En los últimos años se han visto múltiples casos: desde jugadores sancionados por dar «me gusta» a publicaciones polémicas, hasta declaraciones en entrevistas que provocaron conflictos en el vestuario. Por eso, muchos clubes incluyen en los contratos cláusulas de comportamiento digital, donde se especifica que cualquier contenido que afecte la armonía interna puede ser sancionado.
Esto también se aplica a entrevistas con la prensa o podcasts personales. Los futbolistas deben mantener una línea de respeto y moderación, incluso cuando estén en desacuerdo con decisiones técnicas o políticas del club.